jueves, mayo 05, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas...


He decidido concentrar todos mis esfuerzos en mi cotidianidad. Arreglar el estudio, hacerlo más confortable, para cuando la inspiración regrese, y si no regresa, no importa, de igual modo, tengo que plantarme delante de las hojas en blanco cada día, y intentarlo. Salir con los amigos, distraerme. Hoy he quedado con Robert, y Eladi. Hacemos un buen trío, nos entendemos. ¿Será que la soltería nos unifica? La verdad es que hasta hace poco no me sentía soltero para nada, aunque socialmente, para los otros, yo era eso. Pareciera que ser soltero tuviera a la fuerza un tinte de amargado. Robert, me sorprende. Hace mucho que nos conocemos pero nunca lo había frecuentado tan seguido. Me gusta su compañía, su serenidad. Hombre de pocas palabras. Pero sabe más de lo que parece. Con sus ojitos de mono llega a lo más hondo. A veces parece saber más de mí que yo mismo, me sorprende una y otra vez. Creo que lo subestimé. Es un gran tipo, sano, cordial, amable....siempre con el optimismo por delante, siempre riendo. Me hace bien su compañía. Me dice que elijo sufrir de más, y creo que tiene toda la razón. Hay especimenes de la raza humana adictos a la melancolía. Y como dice Robert, hay otras fuentes de donde agarrar fuerzas y empuje.

-         Has de domesticarte Mario.
-     Sí, Robert, si, te entiendo. Pero cambiar costumbres requiere tiempo y esfuerzo. Estar atento. No permitir a la cabeza darle tantas vueltas a las cosas. Soltar. Y mi mente es extremadamente huidiza.
-         En eso tienes razón, tu mente es extrema, jajaja.

Hubo un momento de la noche, en ese tugurio húmedo, paraíso del anonimato, en que Robert habló de ti. Sabe lo que siento, no me cabe la menor duda. Yo disimulando pero queriendo saber más, estirando las orejas y la conversación todo lo que pude. Que te están yendo bien las cosas en el trabajo, que parece que van a contratarte en el periódico. ¡Qué bueno! Te lo mereces. Eres una profesional de pies a cabeza. En fin, poca cosa más. Que estás muy liada, que sales poco. Que vais cenando juntos de vez en cuando, entre semana. ¡Qué bien que te vayan bien las cosas!
Creo que estar un tiempo sin vernos nos permitirá dulcificar nuestro trato. Nos hará bien. Esperemos...Y también necesito averiguar qué tan cierto es lo que siento. Porque no dejo de cuestionarme si es tanto, si es real, si son puras proyecciones...bueno, un sinfín de preguntas que no tienen respuesta. De esas que te arrastran en una vorágine profunda y que te dejan tumbado y sin fuerzas. 
Debo dejar de fumar porros, al menos unos días, porque cuando me coloco solo en casa, la fiebre se agudiza. Y lo peor, nada que ver la fiebre que siento ahora, con la que sentía con Silvia, o con Anna...¡Nada que ver! Esta me arrastra por horas y me tumba. Nostalgia profunda de algo que no sé si existe más allá de mi imaginación. Y Robert parece que lo entendiera todo. Me llama para salir, se pasa por casa. Es un encanto de tío. Me siento muy agradecido con sus atenciones. Eladi comentó que me encuentra muy cambiado, más calmado, más comprensivo en los diálogos....a mí me da susto haberme transformado en otra persona en poco tiempo. Me cuesta reconocerme. Y de soslayo eché una miradita rápida a Robert, y entendí, que lo sabía todo, que sabía perfectamente la fuente de donde nacían todas las modificaciones sorprendentes de mi estado de ánimo y de mi persona. Pero permanece en silencio, no se mete, y se lo agradezco. Aunque me gustaría saber su opinión. Nos conoce a ambos. Y quizás sabe algo que yo no sé. Quizás le has contado alguna cosa. Un día de estos le digo, a ver que pasa. Pero tampoco me gustaría incomodarlo, que se sienta que lo utilizo para indagar sobre tu vida. Pero, ostras, si no lo puedo compartir con alguien, voy a reventar. Nunca pensé que añoraría tanto  sentirme arropado por una amistad. Realmente, he cambiado demasiado, en poco tiempo, y reconocerme así, es duro, renunciar a lo que me daba seguridad y consistencia frente al mundo es devastador.  Ni tan siquiera estoy con ánimos de mirarme al espejo. Cruzo por delante de puntillas, intentando inútilmente escapar de este Mario frágil y transparente, paseante nocturno de todos los bordes de precipicio.


sábado, abril 30, 2011

I'M STILL ALIVE

Queridos bloggeros do meu coraçao,
he tenido que desaparecer de estos lares por falta de tiempo......tic, tac, tic, tac....me gusta visitar a todos/as y devolver los comentarios.....y por ahorita me es imposible....intentaré hacerlo de a poquito, porqué igual se echa de menos....también colgaré en unos días más otro capítulo de Mario, por si alguien seguía su historia....un abrazo grande y disculpas por la desaparición repentina....muuuuuuuucho trabajo, es lo que tiene...besos,

SIONA

viernes, abril 01, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas...

Tiempo de espera. Ahora sé más cosas, lo cual es mucho más angustiante. Ahora sé que no soy invulnerable al contacto con Nora, que una simple pronunciación de su nombre en labios de otros produce un efecto instantáneo en mi persona, una mezcla de placer y susto. ¿Cuándo volveré a verla? ¿Será demasiado evidente lo que siento? 

Me muero de vergüenza. Haría todo lo posible por tirar marcha atrás y cerrar la maldita puerta que se abrió sin darme cuenta. ¿Cuándo fue? Creo que el día que me mandó al carajo por ese comentario mordaz. Intrascendente. Siempre nos habíamos hablado de esa manera. O mejor dicho, siempre me había dirigido a ella de ese modo. Pero ese día ocurrió algo impredecible, Nora reaccionó de forma inesperada. Ni me daba cuenta de que buscaba herirla de algún modo. Y lo conseguí. 

Me sorprendió afectar tanto, tan profundamente a alguien. Me miró, breves momentos(¡cuantas cosas me dijo con esa mirada!). Temblando, me lanzó un “¡vete  a la mierda!” y se dio vuelta. Partió andando deprisa, huyendo, perdiéndose en breves instantes en medio de la muchedumbre. ¿Me amaba? Me quedé estupefacto. Se hizo un silencio, largo, de piedra. Me impresionó sobremanera, ese instante, esa imagen. Fue como si por primera vez alguien me hubiera permitido ver realmente lo qué es una persona, en todo su esplendor. ¡Impresionante! La vi, se mostró, herida y llena de belleza. Mi soberbia ridícula quedó así inmortalizada, obscena, brutal, esperpéntica, para  que pueda hoy torturarme con ese recuerdo, una y mil veces. Entonces, no quise ver. ¡Me creía la muerte! Me vendí la moto de que era una exagerada histérica y corrí un tupido velo sobre mi conciencia. Tenía rubios motivos de sobra, Silvia Castillo, piernas de vértigo.

He lloriqueado mucho a lo largo de mi vida, en espaldas ajenas, por mi incapacidad de sentir. ¡Pobres amantes del pasado! Ahora siento con tanta intensidad que me duele la carne, el corazón, la mente...¡Es terrible! Ahora haría lo que fuera por volver a mi inconsciencia emocional de siempre.

        ¿Mario? ¡Es un caso! Con las mujeres, un desastre. 

La misma mala fama me protegía de darme. Pero ahora, no puedo elegir. Si veo a Nora se me quedará cara de besugo consternado y no lo soportaré. ¿Qué puede protegerle a uno de sus propios sentimientos? ¿La distancia? ¿El tiempo? Estoy dispuesto a probarlo todo.

Lo más torturante, la locura del mundo de los sueños, de las especulaciones...sin darme cuenta, mi mente se va, una y otra vez a su lado, a besarla, a tocarla, a olerla, a suspirar con mi aliento pegado a su rostro, y me siento frágil, desnudo. Y Ella puede verlo, nadie más, sólo ella. ¡No puedo soportarlo! Me siento niño chico, vulnerable, ridículo, sin la presencia protectora de lo que creía ser yo hasta este momento. Me veo embelesado, observando por horas su rostro dormido a mi lado, sus ojos cerrados, los párpados...Puedo observar los más pequeños detalles, muy de cerca, a través del tiempo, del espacio. Ando sonámbulo por mi vida, caótico y expuesto a las inclemencias de las relaciones humanas. Todo me afecta sobremanera. 

Los detalles que pasaron desapercibidos en nuestros amigables contactos de pasado, sus sonrisas, sus gestos, ese abrazo,...retornan a mi memoria y adquieren dimensiones gigantescas. Ahora comprendo a Quijote frente a los molinos. No hay manera de luchar contra lo intangible, contra algo que se siente de adentro pero que carece de realidad. A pesar de basarse en otra persona, ella no es culpable de lo que yo siento. No hay culpables. Es un fruto que maduró en el árbol sin darnos cuenta, y un día se cayó. ¡Zas! 

Y aquí está, frente a nuestras narices. ¡Ahora toca saber qué coño hacer con él!


lunes, marzo 28, 2011

MUJER DE SAL


Mujer sin nombre,
dama desconocida
que impregnas los vacíos
de las líneas impostoras
donde se inscribe la historia.
Mujer de Lot, mujer de sal.
Tu terca mirada fijó el pasado
con el difícil arte
del acto de rebeldía.
Cediste tu latido
por negarte al olvido.
Tu renuncia te hizo inmortal.
Posaste tus ojos fieros
como estandarte
en la imagen lejana
que te hacían abandonar.
Otros, porqué tu no querías.
Tu desafío marcó los rumbos
de las desheredadas hembras
que se negaron
por siempre a olvidar,
de donde venían,
y quienes realmente eran.


miércoles, marzo 23, 2011

Los relojes vuelven a ordenarnos:
- Más deprisa, más deprisa...
El estrés me cae de las orejas, y aun así, me siento terriblemente culpable de tomarme un respiro para escribir.
He vuelto a olvidar que escribir es digerir, y digerir, una función natural del cuerpo.
Dentro de un tiempo, unos cuantos relojes más que menos, voy a pesar tanto, voy a estar tan llena de diablos, que por fuerza mi aspecto  asustará a más de uno.
Se hundirá la tierra debajo de mis pies y todo intento de avanzar será cuesta arriba, intentando inútilmente salir del agujero.
Y gritaré:
- Por favor, hay algún amigo-grúa cerca dispuesto a salvarme?
Y volveré a engañarme, si realmente alguien es capaz de aceptar a estas alturas tan sucio trabajo.


domingo, marzo 20, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas. (Cap.4)

Me duelen las piernas de tanto andar. Ayer en esa fiesta. Todo el rato asaltado por el temor de que Nora apareciera. Era un mal momento para encontrarnos. Yo estaba demasiado sensible, demasiado licuable. Una palabra suya con intención habría hecho estragos en mí. Pero no fue así, no apareció. Me dolían los ojos de saltar de rostro a rostro, como una cámara enloquecida que no cesara de hacer clic y con el transcurso de las horas y los güisquis, la humedad se había apoderado de mis pies y la tensión de mi espalda. 

Alex estaba salido de madre, bailaba agarrado a un botellón de plástico repleto de vodka con naranja, su pócima secreta, repetía. Iba invitando a cada persona con la que cruzaba unas palabras. Focalicé toda mi atención en esa escena para dejar de marearme, y así, olvidarme de la posibilidad de su amenazante aparición. Alex sujetaba a un tipo con el brazo alrededor del cuello, con un gesto que pretendía ser cordial. La inconsciencia corporal y mental que le proporcionaba la borrachera no le permitía darse cuenta de los detalles que facilitan la supervivencia. Yo tan solo observaba, callado, y cuando dirigía su discurso hacia mí para que ratificara su protagonismo, sonreía tontamente, en una expresión genuina de aislamiento y locura. Creo que el dueto que formábamos empezó a inquietar al personal. Y seguramente, sin mi presencia, que él creía salvadora, le hubiera ido mucho mejor. Ya se sabe, los locos intimidan mucho más que los borrachos. 

Miré brevemente al tipo que Alex tenía inmovilizado con su abrazo de oso y le sonreí con maliciosa despreocupación. Sí, creo que puse toda mi intención en eso porque yo estaba lejos de caer en la inconsciencia. Borracho, pero bien presente. Lo miré mientras balanceaba mi cuerpo en un vaivén que calmaba mis nervios, y seguí sonriendo con los ojos medio cerrados, como quién conspira. Y entonces el tipo se soltó bruscamente y giró en redondo sobre sus pies hasta quedar mirando el rostro de Alex. Tuve tiempo de ver a cámara lenta, fotograma a fotograma, como se daban las cosas. La cara sorprendida y bobalicona de Alex, el rostro enfurecido del tipo, una mala broma más de Alex intentando salvar la papeleta. ¡Demasiado tarde! Mi puño volando a la velocidad del viento hacia el fatal desenlace, cambiando el curso de la historia. El tipo al suelo. Una manada de hombres enfurecidos encima de nosotros. Alex tirado en el suelo, también, asustado. Su cóctel disparado como proyectil a dos metros de distancia. A partir de aquí desaparecieron las imágenes. La nada se apoderó del momento. Un agujero negro nos absorbió a todos. 

Cuando pude recuperar mi capacidad de observar, se habían creado dos bandos. Gente conocida tirando de nosotros, al rescate. Otros tantos conocidos del tipo tirando hacia el otro costado, y yo, suspendido en el aire, dejándome llevar como un pelele, a merced de las olas, las mismas que me calmaban mientras estaba de pie, antes de liarnos a ostias. Zarandeado por el mundo sin importarme nada, al contrario, riéndome en mis adentros por la ridiculez de la situación. Luego, un repaso rápido a los rostros de mis salvadores a los que parecía que debía explicaciones, o al menos, aguantar de buena gana su rollo moralizante. Entre ellos, Daniel, Eladi de la tienda de música, Toni, que siempre se auto define como mi hermano, el capullo de German con su mirada de odio clavándose en mí a pesar de formar parte activa de nuestro equipo salvador,  Robert, callado y neutral, como siempre, sosteniendo a Alex o intentando que este se sostuviera por su propio pie, y un par de personajes más de los que conocía el rostro pero no el nombre. 

Largué mis buenas noches y empecé a andar hacia casa. Andar, andar, alejarme. Una herida sangrando tímidamente en la comisura de los labios. Las calles desiertas, abandonadas a su lúgubre soledad de cemento, y el sonido de mis pisadas creando una melodía, un ritmo. Me di una vuelta más larga. Anduve por dos horas, sin pausa, sin acordarme de mis rodillas, sin norte. Los pensamientos que tuve, si es que los hubo, en ese largo viaje hacia ninguna parte, a día de hoy son un enigma. Leí el nombre de una calle, Mare de Déu de la Salut, y me di cuenta que me encontraba a dos manzanas de mi casa, de mi vida de siempre, y con ese gesto, se rompió el hechizo y regresé a su rostro. 

Otra vez su cara, su interrogante. Sus labios blandos y rojos que en el recuerdo parecían aumentar de volumen. ¡ Efectos ópticos de la locura! ¡ Efectos secundarios de la desazón! Urgencia por llegar a mi casa. Rápido, rápido, enfilando hacia mi catre, con ansias de cerrar los ojos y la conciencia. ¿Me había enamorado? La pregunta me sumió en una angustia considerable y me dejó el cuerpo de plomo. Sentía el peso del cuerpo descansando encima del colchón, y la mente intentando esquivar inútilmente su recuerdo. Fue entonces cuando recién constaté, o más exactamente, asumí, que en realidad su presencia me había acompañado toda la noche, que llevaba días acompañándome. Nauseas. Vértigo. Me retorcí como un caracol, y olvidando todo pudor me entregué a un llanto infantil, demoledor. 

Entonces supe que las cosas ya nunca serían las mismas a partir de entonces. Que terminara o no con ella, había nacido a otra percepción de mí mismo, a un nuevo Mario. Me encontraba más solo que nunca, con un desconocido que era yo mismo, totalmente fuera de control. La soledad lo envolvió todo y lloré hasta dormirme.




sábado, marzo 19, 2011

EL BESO

Yacía dormida
a mi lado,
con el pecho susurrante
de revuelo de mariposas.
Olí su pelo.
Una maraña dulce,
esparcida,
con olor a bosque.
Solté un gruñido
y encendió sus luces
- Por fin despiertas!
Le dije besando
su delicada oreja.
Tocó mi pecho.
Comprobó su efecto.
Me miró complacida.
Y se volvió a dormir.
Llevándose, traidora,
mi beso.


jueves, marzo 17, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas (cap.3)


Lo de Silvia se fue al carajo. Ya no la encuentro tan atractiva. Hoy empezó a soltarme unos discursos llenos de exigencias. De que ella sí que lo tenía difícil, que ella sí que se jugaba todo, y que en cambio yo no perdía nada, que tenía una posición bien cómoda. No podía decirle que la quería, inventarme lo que no siento, sólo le pedía que saltara al vacío conmigo por ganas de saltar, de sentirse libre. Cruda, la verdad, pero yo sólo quería follar con ella, eso era así, al menos en un principio. Quizás, después, algo podría haberse encendido, más allá...pero no creo. Fue un dulce espejismo, como tantos otros. ¿Cómo dar una cosa que no siento? Ni tan siquiera nos conocemos. De repente me hablaba como si yo ya fuera su pareja y eso me cortó la lívido ipso facto. Tu eres así, tu eres asá. Yo la dejaba decir y por dentro pensaba, no tienes ni puta idea de quién soy.  Salí del paso con lo de darnos tiempo. 

¡Ay, el tiempo! Mi coartada, mi fiel aliado. Y de nuevo volvió el vacío a mis noches, a mis anhelos, y la inspiración ardiente de los últimos días voló de regreso al país de nunca jamás. Bueno, nada importante, aceptar lo sucedido y a otra cosa mariposa. Suerte que quedan pocos días de clase, y después, seguro, la vida tan sabia, nos llevará de regreso a nuestras respectivas cotidianidades. En fin, que no tenía que ser. Lástima, porqué besaba a las mil maravillas. Estaba caliente, bien caliente, como yo. Cuando nos despedimos el otro día saliendo de clase creí que las cosas irían por buen camino. Pero hoy, tanto discurso lo estropeó todo. Sólo nos dimos unos besos y parecía que tenía que casarme con ella. ¡Qué locura! Tantas personas, tantos mundos.

Y Nora sigue sin aparecer, sin llamar. ¿Se habrá enfadado tanto? Me cuesta creerlo. Ayer me junté con Robert y me comentó que habían quedado para cenar. No pude evitar sentir un vuelco en el corazón. Seguro fue preocupación por como se han dado las cosas. Normal, es mi amiga. Me duele que se enfade, eso es todo. Pensaba que nos veríamos de forma casual y que las aguas volverían a su cauce naturalmente, sin hacer nada. Quizás debería haberme disculpado pero a estas alturas me da demasiada vergüenza. ¿Y con Robert? ¿Habrá algo más entre ellos?  No creo. No encajan. Nora tiene mucho carácter, más sangre. Con Robert se aburriría. ¡Pero nunca se sabe! Bueno, ¡y a mí qué narices me importa? Que hagan lo que quieran,...aunque yo creo que no, que no cuadran juntos....pero a veces un revolcón no hace mal a nadie....y bueno, a través del sexo se llega a otros lugares...pero, Nora tiene pinta de saber que tipo de hombre quiere a su lado. Y él no tiene nada que ver con el hombre que Nora anhela, al menos eso creo, por lo que la conozco. Ella necesita a su lado un espíritu libre. En ese sentido, nos parecemos.







martes, marzo 15, 2011

SINCERAMENTE GRACIAS

Muy buenas noches
pies míos
que transportáis sin quejas
este montón de huesos.
Gracias miles
manos preciosas,
que me acercáis
objetos deseados,
que imprimís sensaciones
en tantas cosas...
Os agradezco
espejos mágicos,
ojitos de mi alma,
por la diversidad cromática.
Muy agradecida,
a quién sea,
que de la nada
me hizo,
de esta materia entrañable,
que creó
este soporte exquisito
que hoy me compone.  



domingo, marzo 13, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas...(Cap.II)

¡Qué ridiculez el enfado de Nora en medio de la calle! No venía a cuento. De sobras  sabe que yo hablo así, con todo el mundo, que no era nada personal aunque lo pareciera. ¡Esa mujer! Demasiado sensible. Una manera de llamar mi atención. Creo estar en lo cierto al pensar que se ha enamorado de mí. En fin, ya se le pasará. El enfado y lo demás. Porque francamente no me veo con ella aunque a veces haya sentido deseos de abrazarla y besarla. Tiene una intensidad que me seduce. Pero creo que hubiera sido un error. Ahora lo tengo claro. Nunca le di motivos para que creyera que mi amabilidad, o lo que sea (si es que alguna vez he sido demasiado atento con ella), fuera por otros derroteros distintos a los de la amistad. No encajamos. Nos pelearíamos, perderíamos la amistad que compartimos. A veces la pasamos bien conversando. Peeero, es demasiado obstinada, demasiado terca en sus apreciaciones, siempre creyendo que tiene la razón, que está de vuelta de todo. Me irrita. Y ahora eso. ¿Qué he de pensar? ¿Qué he hecho yo para que reaccionara de esa manera tan desproporcionada? En fin, dejar pasar los días. El tiempo lo cura todo....,y además, está mi encuentro con Silvia.

¡Eso sí que es cosa seria! Ayer nos rozamos las piernas tomando el café, de forma explícita. Le gusto, es evidente. Ojalá venza la resistencia de ponerle los cuernos a su pareja. Sería estupendo, y total, no es feliz. Tiene las piernas largas y delgadas como un maniquí. Me sorprende que se haya fijado en mí. Pero bueno, he conseguido que le pique la curiosidad. Después de todo, no debo ser tan feo como imaginaba. Lo cierto es que nunca me ha ido mal, siempre hay alguien al otro lado. ¿Me pregunto si es posible vivir sin nadie al otro lado? Seguro que sí, pero ese no es mi caso.¡Qué piernas! Y además es inteligente. Sabe salir bien parada de mis acosos dialogísticos. Se defiende, y se pone más hermosa, si cabe, cuando se llena de orgullo. 

Quizás debiera invitarla a cenar un día de estos. Pero temo su incomodidad, y temo la mía propia, la responsabilidad que pueda transferirme en su elección de mentir a su compañero. ¿Por qué siempre me fijo en mujeres comprometidas? No lo sé. No lo busco. Al menos conscientemente, creo. Se da así, y no voy a sentirme culpable por una moralidad social que no tiene que ver conmigo. Nadie pertenece a nadie. Espejismo brutal de amplio espectro, reduccionista y castrante.

Ayer me hablaba de arte, opinaba sobre una escultora canaria que expone en la sala cercana al bar donde nos citamos. Prometí pasarme más tarde a dar un vistazo. Me comentó que pinta cuadros. Se ve que hace años que le da al pincel en sus horas libres. Me la imagino delante de un lienzo, concentrada y persistente, pero no logro imaginarme qué clase de pinturas pueda hacer. No creo que nada demasiado original. Pero buen dato. Aunque yo estaba atento a otros signos. Me movía en otra esfera. Mis sentidos como felino discurrían por otros senderos. Sus labios gruesos. Sus pechos insinuantes debajo de la camiseta estrecha. Ay, ay...,pezones grandes, como a mí me gustan. Cuello largo, como tobogán directo hacia las profundidades de la perdición...jajaja(me río de mi mismo)...me gusta darle a la vida un tinte dramático...Ay, ay, ay,...¡fiebre!

Locura desear y sentirse deseado, magnetismo oculto de la materia, danza de los astros, a punto de licuarme y derramarme por los suelos. Me siento inspirado de nuevo, lleno de fuerza. Cuando llegué a casa no podía dejar de escribir. Pasión, fecundidad, obsesión, inspiración.....¡creía que no volvería a sucederme! Y por fin, otra vez en el ruedo. ¡Feliz!

Y Nora enfadada conmigo. Será cabezona. Mejor no nos vemos durante un tiempo, y ya volverá la bonanza. Ahora, Silvia, mi musa, mi diosa.

sábado, marzo 12, 2011

TUS CARTAS

Amor
hecho a trozos
de esta materia oscura
que cierra los pasos
y vuelve en círculos
los caminos.
Todos llevan a ti.
En tu nombre
componen sintonías
de vuelos de pájaros
y zozobras de barcos.
En la costa la silueta
del perpetuo navegante
que a más pasos,
siguiendo el perfil de tu cuerpo,
más perdido y aturdido.
No por mucho andar
se ahuyenta
la verdad y sus fantasmas.
Estos siguen detrás
y envisten, de golpe,
al destino.
Atrapado en la prisión
del que queriendo  avanzar
almacena palabras
y repite, alejado y poseído
los mismos fragmentos,
de las mismas cartas.

viernes, marzo 11, 2011

ENCANTO


Silban en su garganta
los gorriones encerrados
La guitarra desgrana
impaciente
un tiempo acompasado
La bailarina repica el suelo
con su tacón perfilado y alto
Acompaña la bulería
con movimientos
de brazos alados
Qué decir de sus manos,
retorciendo en el aire
un manto calado
Las palmas
marcan seguras
los silencios
los desgarros
Baila la mujer,
ondula su cintura
en espiral cerrado
El niño todo lo mira
abrazado a un pecho blando.

martes, marzo 08, 2011

LLUVIA DEL CIELO



Agua que cae
des del firmamento,
humedeciendo,
las malas intenciones,
los buenos pensamientos.

Refresco para el corazón,
más tarde saldrá el sol.
Por ahora, me mojo,
como cualquier otro.
Siento,
como la lluvia nos une
volviéndonos locos.
Llueve
sobre las cabezas,
sobre los tejados.
Mi piel,
como tierra,
bebe esos milagros.
Almacena cristales.
Más tarde sabrá
en qué gastarlos.
Mi ser,
recipiente,
un cáliz sagrado,
dónde se recuperan brillos
de paisajes olvidados.
Te amará mi mente,
sin miedo,
sin culpas,
gracias a la lluvia,
limpia de pecado.

Agua que cae
des del firmamento,
humedeciendo,
las malas intenciones,
los buenos pensamientos.

sábado, marzo 05, 2011

DESEO


Te enorgullecerías de mi
si me vieras así,
ansiosa de hallarte,
deseosa por compartir
un tiempito contigo.
Repleta de pasión
por tus labios
y tu mirada esquiva.
Te reirías
pero desconoces
la magnitud del reflejo
de tu espejo.
Me desconoces,
a pesar de ya amarme
sin tregua.
No has tomado
mis manos
entre las tuyas,
y hasta ese día,
sólo puedo ser
la fuerza de un río
sin cauce para mostrarse.
Un viento de desierto
sin dunas amantes
¿Cómo nacer sin haber muerto?
Te enorgullecerías de mi
si me vieras morir así,
delante de tu recuerdo.  



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viernes, marzo 04, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas...

I
Nora hablaba y hablaba. De vez en cuando, se masajeaba unos segundos la zona del pecho, y luego devolvía las manos a la posición inicial, encima de su regazo. Me pareció alterada por mi presencia. Bueno, aunque en estas cosas no se puede tener total seguridad. La arrogancia siempre está al acecho de las almas de los hombres. Debería hablar sólo por mí, cuidar los detalles que me acercan a la impecabilidad. 

Julia intervenía poquito, estaba sentada al lado derecho de Nora, vestida de negro, con la cabeza ladeada. Sonreía distraída, se perdía con la vista  por la calle. Julia, una mujer hermosa, francamente guapa, pero con un posado tan inconsistente que diluye toda su belleza. 

En la fiesta de despedida de solteros de German y Ana, nos dio por besarnos. Sucedió, no lo buscamos. Los dos estábamos libres, como algunos taxis. Yo seguía enfadado, totalmente fuera de contexto, lo reconozco. Me jodía que Ana se casara con ese imbécil. Supongo que de alguna manera sentía que era yo el hombre de su vida y no podía aceptar gratamente que se terminaran nuestros escarceos habituales. Nunca he estado enamorado de Ana pero incomprensiblemente en ese momento me lo parecía. Sentía la sangre en la cabeza, un calor incendiario en el rostro. Y claro, iba muy borracho. Con Julia, coincidimos, en borrachera y en ganas de acariciar a alguien. Sus besos me trasladaron a otra realidad, a un grato reposo. 

La cosa fue que terminamos en mi casa a las siete de la mañana. Recuerdo que al abrir la puerta, nos recibió un frío desolador. Mi casa es vieja y el aire se cuela por innumerables agujeros. Con el frío, se hizo el silencio, y lo que había parecido fácil y natural hasta ese momento, empezó a tornarse dificultoso y incómodo. Bebimos un vaso de agua, cada cual el suyo, y brindamos con vergüenza adolescente, sin mirarnos. Luego me escuché pronunciar una invitación  para subir a mi alcoba, sin mucho convencimiento, pero apechugando con todo, y supongo, con la ligera esperanza, de que la pasión, o lo que fuera, volviera a hacer acto de presencia. Dijo que sí con un gesto extraño de hombros y cabeza, sin pronunciar palabra, sin emitir sonido alguno, sus ojos vacilantes e inquietos, repasando mi cuerpo, mi cara. Me sorprendió tanto ese gesto que en ese momento, por fin, logré mirarle directamente a los ojos y detener el tiempo para averiguar qué estaba pasando. Sentí su tristeza, o quizás era la mía propia, la decrepitud galopante que se apoderaba por segundos de la situación. 

Agarré su mano y la arrastré hacia el sofá de la sala. Nos sentamos y conversamos un poco, de cualquier cosa, de los conocidos comunes, de la ciudad que se estaba volviendo angustiante con sus excesos constructivos y automovilísticos, creo incluso del tiempo. Y al final nos dio por mirar una película de vídeo. Muchas veces hasta que no me pongo en situación, no logro percibir qué es lo que quiero o no quiero respecto a determinadas mujeres. No era la primera vez que achacaba una leve indisposición  castrante, es decir, que a la hora de la verdad, no se me levantaba. Esa vez, no hizo falta comprobarlo en vivo y en directo, mi corazón, o la razón, o lo que sea, me avisó antes de la desgracia.


jueves, marzo 03, 2011

ÍCARO



 Ayer rompí el recuerdo
que me ataba a tus pies.
¿No lo ves?
Solar deshabitado.
Así me he quedado
con tu olvido
y tu desgarro.
Solloza el corazón
y no encuentra consuelo,
una canción,
con que apaciguar
su rabia.
No pediré perdón.
Dejé de creer 
en mis oraciones,
en los discursos sublimes
que arrancaba la madrugada
a mi delirante razón.
Sé que soy un mentiroso.
Un ángel que cayó,
por descuidado,
por mal alado.
Olí las rosas del edén
entre tus muslos.
Y volvería a caer.
Pero esta vez,
sin renunciar a la maldad,
sin disfrazar el lobo que soy.
Sinceridad.
¿Eso pedías?
Eso te doy.


martes, marzo 01, 2011

Se ahoga el alma alada
dentro de esta cajita de huesos.
Conspiran los años turbios
cogidos de la mano
con una fingida mueca de desolación.
Son ellos y no otros los que me componen.
Eslabones de cadena pesada,
enlazados uno a uno, como sierpes.
Manada de lobos que aúllan
dentro de mi conciencia.
La gran obra terminada.
- ¡Por fin, un merecido descanso! 
(grita el reloj extasiado)
Y se acurruca como un niño
en los pliegues de mi falda.
Yo, diosa del mundo.
Sentada en lo alto de la montaña.
Los pies colgando.
Horizontes de nubes jugueteando
con los campos sembrados.
Pero la hierba
aun no asoma su cabeza.
Murmura bajo el suelo
canciones de cuna.
Nacerá y morirá,
y dará paso a nueva hierba.
La noche oscura se comerá
las pupilas de mis ojos.
Y entonces los búhos futuros
anidaran en sus huecos.
Materia soy,
como todo lo contemplado.
Imprescindible y sobrera.
La nada cose vestidos
para mi futura ausencia.
¿Me echarás de menos viejo mundo?
¿Sabrán de mi  los nuevos poetas?
La vida me aprieta con su abrazo,
medio de madre, medio de amante.
Vida, siempre tan viva,
siempre abriendo una brecha en la carne,
impidiendo la renunciación.
Si, todavía tengo sangre.
Todavía fluctúan en mi,
ríos, torrentes y mares.    

 

lunes, febrero 28, 2011

CEREMONIA DEL TE



El agua empezó a cantar una canción enamorada. Flotaba en el aire suave y pura. Se dirigía llena de ternura a su caballero de fuego. Me emocionó esa comunión entre elementos, esa revelación.
Con el ángel del amor, llegó el momento de entrar en ese estado maravilloso donde los hombres se acercan a Dios. Por eso, bendecí nuestro encuentro y lancé, ilusionada, todos mis anhelos aromáticos y especiados dentro del cáliz.
Acepté mis sentimientos. Delante del espejo ungí mi cuerpo con tu recuerdo.
Luego, me acerqué a la taza de té. Detuve mi nariz en medio del vapor. Cerré los ojos. Respiré la humedad caliente. Esculpí el agua con mi aliento. 
Esta palpitaba. Erizaba su piel con las promesas de mis labios.
Y pensé: Beberé té. Te beberé.
De pronto, apareció la señorita cucharilla con sonido a campanillas, repicando incansable en la barriga cerámica de mi taza. Pedí silencio. Besé el abismo, lento, muy lento. Sorbí poquito y repetí. Mi corazón hirviendo.
Paladeé los pensamientos, uno a uno, con ritmo a olas de mar tranquilo. Y por un momento, abandoné mi taza y mi asiento.
Paseé por mi casa. El deseo como vestido. Las ilusiones como peinado.
¿Llegará el reencuentro?
Y llegó.
Bebí mi último trago de té, ya frío, y brindé por ti, por despertar, por conectar, y por vivir.   


domingo, febrero 27, 2011

CONFIDENCIAS

Carlos sigue pensando que no es justo lo que le ha pasado. Me miraba des de su silencio pesado, triste atalaya, y me escrutaba buscando mi compasión. Le rehuí los ojos fingiendo una especial atención en la cerámica expuesta encima del arcón y en los libros de los estantes de al lado. Luego me habló de ti, y como si alguien hubiera abierto el paso del agua, se desbordó en recuerdos, reproches y palabras. ¡Es tanto el dolor y tan perdurable! Con esto no busco hacerte sentir culpable. Sólo transmitir el momento para que entiendas, para que sepas dónde se encuentra, y actúes en consecuencia.
Me decías que te morías de ganas por verlo, hablar con él, abrazarlo. Has de liberarlo, dejarlo un buen rato a solas para que pueda empezar a andar hacia algún lado. Dentro de un tiempo, va a rehuir tu contacto. Has de prepararte para su futura frialdad, que llegará, seguro, y va a herirte en lo más hondo. Tomaste una decisión, y eso conlleva consecuencias. Separarse es un camino sin retorno. Asume, suelta. Llora tu añoranza de fuego, lentamente, y atesora las cenizas con cariño. Cuando las lágrimas hayan calmado tus penas, subiremos al cerro más alto para ofrecerlas en ritual al viento del norte. Pero eso será más tarde. Ahora acércate un poco más que con tanta distancia no puedo abrazarte. Eso. Abracémonos y durmamos un rato a la sombra de este árbol. 



sábado, febrero 26, 2011

EL PROFETA

El agua había tomado el camino y proclamaba airosa su reinado. Era un tiempo de lucha. De arremangarse camisas y doblar espaldas. Las emociones emergían por los ojos de la gente, y aunque se cubrieran de mantas, andaban expuestos, desnudos. Diques al mar, frenar sentimientos. Pero estos decidieron que basta, y así fue como el mar lo cubrió todo. Sin prisa pero sin pausa. Las miradas se tornaron transparentes, y en consecuencia, las amistades, abismales. Sin dudas ni mentiras, cambió definitivamente el escenario y el orden de las cosas. Nos volvimos azulados y ermitaños.  Cada cual en su cueva, retorcidos por el miedo a ser descubiertos. Sólo alguien se atrevió a salir de su guarida para llamar a tu puerta.  

jueves, febrero 24, 2011



De hojas y azucenas flotando suaves en las aguas. Ofelia dormida, como ángel de otra galaxia. Y yo vibrando en ella, latente, como sirena derrotada por el tiempo y el desamor de la humanidad. Agudizada como arista que parte por la mitad. Nací con ese maleficio que desintegra al ser a cada paso.  ¿Cómo hago para dejar de ser quién soy? Nací así, siempre ha sido así, des de que tengo uso de razón. Mi pueblo es de otro mundo. Por eso no puedo dejar de tener sueños. Ellos me guían. Me transportan como loca ingenua a través de los campos sembrados. Mis pies continúan avanzando, a pesar de todo. Me giro hacia atrás y pienso, que no hay cosa más bonita en el mundo que andar sin dejar huella. Las semillas, tiernas y silenciosas, me saludan en un susurro, bajo tierra.

lunes, febrero 21, 2011

CONJURO


Espero que te amen con locura, que las manos te toquen y amortigüen tus heridas antiguas, que te pacifiquen. Que se vuelva dulce tu mirada, la voz, que se quiebre el habla en un suspiro. Que se llenen los ojos de estrellas, que te amen y sepas. Que no necesites palabras para comunicarte, que las pocas que digas sean sinceras y ciertas. Que ames, que te entregues, que dejes de dudar y diseccionarlo todo. Que sonrías como un tonto cuando estés solo y llores en silencio, conmovido de alegría. De veras, lo quiero, aunque no sea conmigo. Quiero que el amor te inunde y se te lleve. Que la arremetida sea tal que no haya otra opción que arrodillarse. Eso te deseo, un ataque de humildad profundo que te abra el corazón de golpe y te deje desnudo frente al universo.

viernes, febrero 18, 2011



Estoy de duelo. Avanzan, uno a uno, los días negros, espectrales.
Mi alma vagabundea en los laberintos de mi concha herméticamente cerrada.
¿A dónde se fué el sentir? ¿La pasión cosiendo la piél?
Huyo del tacto. No quiero palpar la vida a través de mi cuerpo.
Descubres mi escondite y llamas a la puerta.
Encogida en un rincón, sin respirar, alimento el silencio, que como criado fiel, viene a contarte que la señora no se encuentra.


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martes, febrero 15, 2011


Cantas,
y en tu canción,
anidan experiencias
de mujeres antiguas,
de antepasadas de sal,
que como mujer de Lot,
se negaron a renunciar
al pasado, a su legado.
Con tu voz,
la historia se construye
e impide el olvido.
Porqué son los brazos
de las mujeres,
meciendo a sus hijos,
los que siguen
haciendo posible
la civilización.
Cantas,
y en tu nana de abuela,
consuelas
los males del mundo,
acaricias
la semilla
que brotará en el futuro,
seguro,
a fuerza de ternura.
Meces,
anónimamente, los niños.
Y en ese gesto,
descubres el enigma,
del progreso de lo bueno,
de la alegría de vivir,
del existir tal cual es uno.
Curando las penas,
a pesar de los gobiernos,
los huracanes,
y la ley del hielo,
que por siglos,
trató de silenciar
el canto sanador
de todas las sirenas.


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jueves, febrero 10, 2011




Se agarró a ti, en un desesperado intento de seguir vivo. Su vida, pedacito de carbón, ni fuego ni cenizas.
Tu amor había crecido al compás de la primavera, divinamente sincronizado, selvática y salvajemente. Explosión de verdes.
Sus ojos grises, esencia pétrea de las rocas, inmóviles.
Mordió tu pierna en un intento vano de detener tu vuelo, de robarte la clorofila.
Desapareciste en medio de un revuelo de palomas. Entre sus manos, un palmo de nada que pudo haber sido todo.

martes, febrero 08, 2011

Rosa Posadas



Conozco las fórmulas exactas que hacen de un discurso algo más que un entramado de palabras. Por eso me causó cierto impacto oírte hablar, tan libre, bueno, tan no sé, no sé si libre será la palabra correcta, pero ahí estabas tu, encaramada en lo más alto de aquella plazoleta, creo con los pies en equilibrio encima de la base de la farola del centro, y allí, en esa situación de patrona de barco, endilgaste sin tapujos tu discurso y todos enmudecimos embelesados ante la fuerza de tus palabras. Sabes construir esperanza, ardor, entrega. ¿De dónde nace esa fuerza? Me gustaría conocer tu pasado, tener acceso directo a la infancia de Rosa Posadas, y entender. ¿Enamorado? Yo diría fascinado, muerto de curiosidad, y bueno, tu cuerpito, cosa nada desdeñable. Me contaron que naciste lejos de aquí, que tu familia venía huyendo de no sé que país latinoamericano. Ahora me da rabia no haber puesto más atención cuando me contaban de ti. Siento un pudor irreprimible que me impide escuchar habladurías sobre vidas ajenas. Y ahora, este gran interrogante mientras te observo. No necesitas de nadie. Bueno, eso parece. Tu presencia repite al mundo que eres una entidad viviente con raíces profundas, y a tu lado, aunque sé que es un pensamiento exagerado, me siento menos, poco bueno para una hembra como tú, y los celos me comen. ¿Ridículo? Seguramente. Pero así siento la vida y mejor no negarlo. Soy dramáticamente instintivo. La intensidad siempre me pudo. Y al verte hablar delante de todos, con esa pasión, pienso que naciste para mis brazos, y que debo guardar en secreto esta certeza tan evidente. ¿Estaré loco?

domingo, febrero 06, 2011



Presiento la muerte, la nuestra, que es vacío que hiela la sangre, hueco en el estómago. Principio de sudor frío, retirada del mar antes de asestar un tsunami, como látigo. ¡Se va a barrer todo! Los dioses conspiran detrás de las nubes, no sé si riendo o llorando. La tristeza con su máscara de nácar se ha acoplado a mi rostro. Mis ojos, bosques en cenizas, los tuyos, barcos hundiéndose en mitad de la nada. Pero aun brilla el sol, tímido, a través de las amenazantes nubes. Quizás perdure nuestro enigma, y este presentimiento sea, la contención previa a una bocanada nueva, de aire fresco. Vamos a cruzar los dedos y a mirarnos frente a frente, otra vez. Una vuelta más en este inquietante tiovivo.


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jueves, febrero 03, 2011

TA DOULEUR


En mis muslos,
un santuario.
Sueños rotos,
pájaros perdidos,
todos merecen
mi compasión.
Mi tango
en caramelo
cura todo mal ajeno.
Mi regazo,
como duelo,
sostiene tu pesar.
Entrégame tu pena.
Regálame el dolor.
Hoy puedo.
No sufras.
Me sobra calor.


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martes, febrero 01, 2011



El mar insistía e insistía detrás de la puerta. Él se arrodillaba consternado por esa vibración que lo impregnaba todo. Agua. Mero sumergido en la inmensidad azul.
La increíble maravilla de existir a pesar de tener el título de perito mercantil colgado encima de la puerta. Mejor buscar recursos en lo cotidiano. Agarrarse a pequeñas cosas, pasear por el mercado, detener los ojos en cada detalle: mora, melón, nuez de macadamia...


Captando olores aquí y allá, despertando del sueño largo y reparador del invierno. Por fin, el sol, calentando el alma y los huesos, alentando las sonrisas y las miradas de fuego. Ganas de retozar como salvajes, piel contra piel, sudores y gritos. Vuelta a la presencia corpórea del vivir. Las palabras impacientes por tanto tiempo de silencio, cayendo en cascadas de plata. Te inundo, me inundas. De ti y de mí y del mundanal ruido. Invitamos al mundo a yacer con nosotros, a festejar entre copas este renacer en sangre viva. Abre las ventanas (me ordenas). Las abro, coqueta, extendiendo mis alas.

lunes, enero 31, 2011



Para tí, que sigues, a pesar de, y constante. Por lo callado, que no deja de cantar nanas de abuela en medio de las tempestades. Por lo obvio, que al final, enturbia todo, no compromete, y niega rotundamente la verdad. Por los velos, de Isis y de las musas, para que sigan envolviendo nuestros días de peregrinación. Por el humo, que transmite incesante, mensajes cifrados a los proscritos. El camino del fuego termina en humo y cenizas. Eso es sólo lo obvio. Detrás, la esencia, lo inexplicable, lo eternamente libre y salvaje. Allí, la morada, el humilde redil. Instante constantemente desvaneciéndose en un mar de líquido amniótico. Porque ya aprendimos que lo grande se esconde en la insignificancia.

Dan ganas de romper, de cambiar todo, de rebelarse con empeño hasta las últimas consecuencias...¿pero contra quién o contra qué? Necesidad de enojo, de deshojarme y quedar en carne viva. ¡Quiero elegir mi piel! Esta vez, quizás lo consiga. La rabia me construye, y puedo decirlo sin castrante pudor. La rabia me hace, me delimita, me pare al mundo. Fuente de salud. Repito con rabia las palabras, los nombres, y no consigo sonrojarme. La falsa inocencia partió y dio pie a una nueva calidad de inocencia. Inocencia delante del alumbramiento de mi misma. ¿cómo voy a reprenderme, por no ser más alta, fuerte y lozana? Soy, esta maraña compleja, de nervios, tendones y latidos. Soy un grito, rompiendo el silencio forzado de la noche. Nunca más voy a hacer caso al toque de queda. Que me fusilen.

Y mucho comparto, instantes, que marchan por las ondas a tu encuentro, a ti silente espectador, del mi conflictivo, sin por qué, sin excusas. Debiera ser más impersonal, pero ando metida en lo más hondo. Habla de ti, y acalla mi inundación centrada. Que mucho peligro habita en el acaramelarse abstracto de la unidad, en el repetitivo ejercicio de gastar todo el aire.

Para ti, que me acompañes....y sin motivos, desde el presente eterno y florezcan...las tupidas madreselvas, a tus pies de caminante.

viernes, enero 28, 2011



Cortando el tiempo en dos para amanecer en medio. Se sentía renacer en ese mismo momento, y como dejando atrás un pasado escabroso y rastrero, de oruga, rompía la crisálida y emprendía nuevas rutas hacia el cielo. Pasó, extrañamente y sin esfuerzo, al menos no consciente.
Observaba personas cruzar la calle. La ventana, una puerta al mundo. En la repisa, apuntando cabeza, las margaritas. Todo nuevo.
Gente, universos ambulantes, promesas de aventura. Hoy saldría a pasear con su mejor sonrisa. Recogería con delicadeza todas las carantoñas. Las miradas de retorno, como las olas. Las chispitas de fuego danzando en los ojos ajenos, y como no, el deseo, la poderosa lascivia. Llenaría un saco de intercambio humano fresco y subiría, arriba a la azotea, a tomar el sol, a degustar lentamente los frutos recogidos, saboreándolos, dimensionando en todo su esplendor el crecimiento. Nuevo sistema digestivo, nuevos alimentos.


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Animus



Todo lo sabe,
porqué cree que todo lo ve.
Mundo singular, el suyo.
Como tantos mundos paralelos, agitados en la sombra.
Se mantiene impasible al borde del abismo.
Otros observan y no entienden tan arriesgado peregrinaje.
El secreto: una decisión, la de no volver a caer.
Mucho que decir.
Miradme.
Soy intrépido. Fuerte.
El frío no me turba,
ni la mirada de esa mujer,
que reiteradamente viene a mi encuentro.
Yo le sigo, no más.
Abismal y indestructible.
Ella se aburre de tanto esperar.
Sus ojos se van despidiendo de mis días.
Y yo tan sólo puedo caminar, erguirme,
mostrarme al mundo, que perplejo,
me observa avanzar en retroceso.
Cangrejo.
Hay un animal para cada hombre.
¿ Y para cada mujer?
Ella debe ser una gacela asustadiza,
o un cuervo de mal agüero.
Nunca lo sabré.




Las curvas escasas.
El aburrimiento próspero.
Ninguna señal.
Ninguna nube.
El viento
hace tiempo
que no me visita.
Con su olvido,
olvidé mi tacto.
¿Dónde está mi piel?
¿Para qué sirve?
Transito,
despacio,
pero voy, igual,
a alguna parte.
Y en ese ejercicio,
estúpido y cruel,
me despido de ti,
mientras ando.
A más grande mi corazón,
más te amo,
más sola estoy.
El amor te recuerda
dolorosamente
quién eres.
El amor te hunde en otro,
abismo.
El amor te une
y te distingue.
Te resalta,
en soledad extrema,
frente al universo.

martes, enero 25, 2011

Esa luz



Despuntaba el día y yo soñaba contigo, con tu nariz prominente señalando el destino. Nos mirábamos. Chispeábamos de luz y alegría, de calor y color. Estaba muy claro, todo escrito. Me dolía el alma, la carne, me moría en cada esquina de mi habitación, y renacía, llena de orgullo, sintiéndome por vez primera salvajemente libre. Supe, de golpe, de una forma brutal y arrolladora, que aquello no nos pertenecía. No me pertenecía. Y empecé a andar hacia delante, me dejé crecer el pelo, me dejé amar y amé, tuve hijos, crecí, y fui envejeciendo. Soy un reflejo de esa luz. Tú, me la recuerdas, por siempre, aunque no puedas dármela.

lunes, enero 24, 2011

La nota

Quiero escribir,
por desgana y pesadumbre.
Que no es estandarte este encierro
ni sostenida la nota
que me acompaña.
Tiembla y en su temblor
me hace humana
desprovista de dueño
y de equipaje.
Las manos reconocen
aun tu cauce.
Como sauce llorón
se desploma,
la nota,
en tus fauces.
Y allí desaparece
el hedor del mundo
y también los bailes,
y también los nadies.

sábado, enero 22, 2011

Mea culpa



Huyo de mis noches. Se agotaron las músicas. Ni ellas me salvan ni pueden rescatarme. Los caminos nuevos se auguran desiertos y con alacranes. Para estos piés descalzos la lucha continua,más pasos. Me dices,que después de todo,quizás podrías acompañarme. Pero sé que no,que ya fué, que todo se jugó en aquel martes. Ahora pondría más empeño en la cena, en las conversaciones. Pero ahora soy otra persona. Entonces, todo parecía relajado y fácil. De ahí,mis sospechas, de ahí mis quejas. Con distancia puedo decirte que era de lo más normal que no las comprendieras. Mis fantasmas y tu voz. Esa danza oscura y macabra, del poder amar y del querer ganar. Y claro, la pérdida.