domingo, marzo 20, 2011

LATIDOS. Sobre el discurrir de Mario Navas. (Cap.4)

Me duelen las piernas de tanto andar. Ayer en esa fiesta. Todo el rato asaltado por el temor de que Nora apareciera. Era un mal momento para encontrarnos. Yo estaba demasiado sensible, demasiado licuable. Una palabra suya con intención habría hecho estragos en mí. Pero no fue así, no apareció. Me dolían los ojos de saltar de rostro a rostro, como una cámara enloquecida que no cesara de hacer clic y con el transcurso de las horas y los güisquis, la humedad se había apoderado de mis pies y la tensión de mi espalda. 

Alex estaba salido de madre, bailaba agarrado a un botellón de plástico repleto de vodka con naranja, su pócima secreta, repetía. Iba invitando a cada persona con la que cruzaba unas palabras. Focalicé toda mi atención en esa escena para dejar de marearme, y así, olvidarme de la posibilidad de su amenazante aparición. Alex sujetaba a un tipo con el brazo alrededor del cuello, con un gesto que pretendía ser cordial. La inconsciencia corporal y mental que le proporcionaba la borrachera no le permitía darse cuenta de los detalles que facilitan la supervivencia. Yo tan solo observaba, callado, y cuando dirigía su discurso hacia mí para que ratificara su protagonismo, sonreía tontamente, en una expresión genuina de aislamiento y locura. Creo que el dueto que formábamos empezó a inquietar al personal. Y seguramente, sin mi presencia, que él creía salvadora, le hubiera ido mucho mejor. Ya se sabe, los locos intimidan mucho más que los borrachos. 

Miré brevemente al tipo que Alex tenía inmovilizado con su abrazo de oso y le sonreí con maliciosa despreocupación. Sí, creo que puse toda mi intención en eso porque yo estaba lejos de caer en la inconsciencia. Borracho, pero bien presente. Lo miré mientras balanceaba mi cuerpo en un vaivén que calmaba mis nervios, y seguí sonriendo con los ojos medio cerrados, como quién conspira. Y entonces el tipo se soltó bruscamente y giró en redondo sobre sus pies hasta quedar mirando el rostro de Alex. Tuve tiempo de ver a cámara lenta, fotograma a fotograma, como se daban las cosas. La cara sorprendida y bobalicona de Alex, el rostro enfurecido del tipo, una mala broma más de Alex intentando salvar la papeleta. ¡Demasiado tarde! Mi puño volando a la velocidad del viento hacia el fatal desenlace, cambiando el curso de la historia. El tipo al suelo. Una manada de hombres enfurecidos encima de nosotros. Alex tirado en el suelo, también, asustado. Su cóctel disparado como proyectil a dos metros de distancia. A partir de aquí desaparecieron las imágenes. La nada se apoderó del momento. Un agujero negro nos absorbió a todos. 

Cuando pude recuperar mi capacidad de observar, se habían creado dos bandos. Gente conocida tirando de nosotros, al rescate. Otros tantos conocidos del tipo tirando hacia el otro costado, y yo, suspendido en el aire, dejándome llevar como un pelele, a merced de las olas, las mismas que me calmaban mientras estaba de pie, antes de liarnos a ostias. Zarandeado por el mundo sin importarme nada, al contrario, riéndome en mis adentros por la ridiculez de la situación. Luego, un repaso rápido a los rostros de mis salvadores a los que parecía que debía explicaciones, o al menos, aguantar de buena gana su rollo moralizante. Entre ellos, Daniel, Eladi de la tienda de música, Toni, que siempre se auto define como mi hermano, el capullo de German con su mirada de odio clavándose en mí a pesar de formar parte activa de nuestro equipo salvador,  Robert, callado y neutral, como siempre, sosteniendo a Alex o intentando que este se sostuviera por su propio pie, y un par de personajes más de los que conocía el rostro pero no el nombre. 

Largué mis buenas noches y empecé a andar hacia casa. Andar, andar, alejarme. Una herida sangrando tímidamente en la comisura de los labios. Las calles desiertas, abandonadas a su lúgubre soledad de cemento, y el sonido de mis pisadas creando una melodía, un ritmo. Me di una vuelta más larga. Anduve por dos horas, sin pausa, sin acordarme de mis rodillas, sin norte. Los pensamientos que tuve, si es que los hubo, en ese largo viaje hacia ninguna parte, a día de hoy son un enigma. Leí el nombre de una calle, Mare de Déu de la Salut, y me di cuenta que me encontraba a dos manzanas de mi casa, de mi vida de siempre, y con ese gesto, se rompió el hechizo y regresé a su rostro. 

Otra vez su cara, su interrogante. Sus labios blandos y rojos que en el recuerdo parecían aumentar de volumen. ¡ Efectos ópticos de la locura! ¡ Efectos secundarios de la desazón! Urgencia por llegar a mi casa. Rápido, rápido, enfilando hacia mi catre, con ansias de cerrar los ojos y la conciencia. ¿Me había enamorado? La pregunta me sumió en una angustia considerable y me dejó el cuerpo de plomo. Sentía el peso del cuerpo descansando encima del colchón, y la mente intentando esquivar inútilmente su recuerdo. Fue entonces cuando recién constaté, o más exactamente, asumí, que en realidad su presencia me había acompañado toda la noche, que llevaba días acompañándome. Nauseas. Vértigo. Me retorcí como un caracol, y olvidando todo pudor me entregué a un llanto infantil, demoledor. 

Entonces supe que las cosas ya nunca serían las mismas a partir de entonces. Que terminara o no con ella, había nacido a otra percepción de mí mismo, a un nuevo Mario. Me encontraba más solo que nunca, con un desconocido que era yo mismo, totalmente fuera de control. La soledad lo envolvió todo y lloré hasta dormirme.




17 comentarios:

  1. este salió un poco más larguito, sorry...besos dominicales!!

    ResponderEliminar
  2. Love is in the air nanananana! Bueno ya lo va aceptando, interesante Siona interesante...

    Besotes.

    ResponderEliminar
  3. Por aquí seguimos..., siempre encantado de leer tus cosas.

    Saludos y un abrazo.
    Buen inicio de semana.

    ResponderEliminar
  4. Ohhhhh!!! Loves in the airr!!! Como dice Nectar.
    Bueno, bueno, pero que bien que se haya dado cuenta, aunque para ello haya neceesitado un par de golpes en la cabeza.

    Genial, me encanto!!

    Que pasara, me tienes intrigadisima.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  5. Querida escritora:
    Para nada pidas perdón por la longitud. Cuando algo gusta, no tiene medida...
    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Las historias de Mario Navas me están enganchando. Un besito Siona.

    ResponderEliminar
  7. no pidas perdon por eso, siona... es un gustazo cómo escribes.
    me gusta el transcurrir de esta historiqa, con esas fases que parecen secundarias pero no lo son. muy interesante

    un abrazo, besos
    au revoir madmuaselle!

    ResponderEliminar
  8. A Néctar: si chica, a Mario también le llegó la primavera!

    A Noel: cierto, se veía venir...

    A La sonrisa: gracias, buena semana para ti también!

    A Kiya: qué bueno tenerte en suspense...ay!

    A Rombo: quizás a ti no te importe....pero a muchos les cuesta...normaaaaaaaal, el tiempo es oro! Gracias por tus ánimos!

    A Beatriz: un gusto entretenerte con estas entregas...besos!

    A Allan: Muchas gracias garçon! Un placer recibirte, siemrpe!

    ResponderEliminar
  9. No se si alegrarme por Mario o no... Esperare a la nueva entrega.
    ;-)

    ResponderEliminar
  10. Hola.
    Mario; a todos no cae la teja. Y como siempre nos damos cuenta, tarde de las cosas. Que bueno que ha este tipo se le diera vuelta el frasco de los sentimiento.

    Me gusta, aun que en la parte de la fiesta y la pelea, reafirmo lo que le escribí por correo.

    ¿Supongo que habrá una quinta parte?


    La longitud de un relato, nunca es problema. Además, las ideas mandan y tu relato durará, lo que la situación a merite.



    Saludos.
    Cristofer.

    ResponderEliminar
  11. Mario acaba de pararse, es uno de esos días que te replanteas todo. A ver que pasa...
    Un beso

    ResponderEliminar
  12. "Entonces supe que las cosas ya nunca serían las mismas a partir de entonces. Que terminara o no con ella, había nacido a otra percepción de mí mismo, a un nuevo Mario. Me encontraba más solo que nunca, con un desconocido que era yo mismo, totalmente fuera de control. La soledad lo envolvió todo y lloré hasta dormirme."

    Tan real esta parte final. Hay gente que terminará igual... Te lo aseguro. Y lo más triste es que cuando eso suceda yo solamente voy a sentir una enorme lastima y pena. *

    Muy bueno y tan real Siona.

    Un beso o 2 !

    ResponderEliminar
  13. Imposible que no enganchen tus historias. No sentir tus lagrimas por mis mejillas.

    ResponderEliminar
  14. Mi querida Siona. Mario estaba presente pero ni su mente ni su corazón estaban allí. Veía suceder las cosas pero como a cámaralenta como si no le importase e incluso la pelea no fue un hecho importante en sí.Indudablemente ha nacido un nuevo Mario.

    Muy buen capítulo.

    Brisas y besos.

    Malena

    ResponderEliminar
  15. A Olivier: yo tampoco sé mucho....ya veremos!

    A Cristofer: gracias por el mail, y por dedicar un tiempo a compartir tus impresiones. Ahora he entendido mejor lo que me decías. Tienes razón, no hay mucha información gráfica, pero está escrita un poco con esta intención, des de el interior de este personaje que es Mario, es como si fuera un poco su diario personal, o mejor aun, un fragmento del diálogo de su mente. En este formato, me cuesta imaginar en qué momento y cómo, describo físicamente al personaje, y quizás en este contexto, no tenga tanta importancia....o no!? También es cuestión de gustos....en fin, pero iguaaaaaaaaaaaaal, muchísimas gracias por comentarme, siempre es bueno reflexionar sobre los textos desde otros puntos de vista, Un abrazo!

    A JL. Si, le ha costado lo suyo pero por fin, se paró....besos!!

    A Eleanor: qué bueno que te guste y te suene real...es un muy buen piropo al texto.
    Si no se dan cuenta, se quedaran solos y se perderán unas cuantas cosas...no se puede tener todo....Un abrazo, preciosa!

    A Carlos: muchas gracias, con comentarios como el tuyo dan ganas de seguir...besos!

    A Malena: indudablemente ha despertado del largo invierno....es normal que esté un poco desconcertado....gracias de corazón!

    ResponderEliminar
  16. Hola linda...

    Si, tienes toda la razón es cosa de gustos, y si lo plasmas desde el punto de vista de que es un diario de vida, a mi juicio, es aceptable, por que en los diarios, por lo general se volcan mas las emociones que los lugares, a no ser que estos estén íntimamente involucrados con la emoción del momento.

    También creo que las descripciones gráficas dan un poco mas de movimiento al texto, expandiendo un poco el mundo en el que se realizan lo hechos. Sacándolos de ese entorno psicológico.

    Saludos.
    Y gracias por considerar mis opiniones.
    Cristofer.

    ResponderEliminar