martes, febrero 01, 2011



El mar insistía e insistía detrás de la puerta. Él se arrodillaba consternado por esa vibración que lo impregnaba todo. Agua. Mero sumergido en la inmensidad azul.
La increíble maravilla de existir a pesar de tener el título de perito mercantil colgado encima de la puerta. Mejor buscar recursos en lo cotidiano. Agarrarse a pequeñas cosas, pasear por el mercado, detener los ojos en cada detalle: mora, melón, nuez de macadamia...

3 comentarios:

  1. Lo que escribes es magia para los sentidos... Ni siquiera es necesario buscar una explicación. ¿Para qué? mientras se disfruta...

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  2. La realidad también posee literatura.

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  3. Lo intento a veces pero la concentración no me dura mucho.
    Y me desplomo.

    Besos.

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